Érase una vez un niño miedoso. Cuando le tiraban el balón se iba corriendo y los otros niños se reían. Fue a su casa corriendo. le dijo a su padre que los niños le habían dado un balonazo en la cara Estaba sangrando. Fue a otro parque y se encontró con esos niños. Le dijeron: ¿Quieres jugar? Él les dijo: -Sí, pero de portero. Le pegaron con el balón en la cara, le ayudaron a curarse y fueron amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario